El corazón de la Cooperativa late al ritmo de su actividad cultural, labor desinteresada y pensada para que los vecinos tengan acceso a actividades culturales que a veces parecen exclusivas de los centros urbanos. Una de las responsables de traer la cultura a Tortuguitas fue Elena García, que trabajó en el área de cultura de la Cooperativa desde sus inicios, hace más de 15 años.
A partir de una labor profesional, amorosa y desinteresada, se convirtió en mano derecha de Horacio Perfumo, vicepresidente de la Cooperativa y responsable del área cultural. “El dolor que sentimos es muy grande. Elena era una persona muy querida en la Cooperativa, por los maestros de los talleres que ella coordinaba, por los artistas que traía, por los vecinos que reconocían su labor. No me imagino lo difícil que va a ser para todos retomar su tarea una vez que vuelva la actividad cultural. La recordaremos como una gran colaboradora, que realizaba su trabajo ad honorem. Tenía una gran capacidad para organizar y una enorme vitalidad”, afirmó.
Elena García era una apasionada por la pintura y participó de innumerables proyectos artísticos y culturales. Autodidacta, de disciplina férrea, y dueña de un gran sentido común, lograba todo lo que se proponía.
Mariana Pérez García es la hija de Elena, y compartió con nosotros cómo vivía su madre el trabajo en nuestra institución: “Fue su segundo hogar; donde enseñó su arte y donde desplegó sus increíbles alas. Se sintió libre, escuchada, respetada, querida. Y devolvió todo eso, y más. Su origen humilde y las escasas oportunidades que las mujeres de su tiempo tenían para educarse y progresar no le permitieron desarrollar su don a temprana edad; pero esperó el momento, manteniendo vivo ese fuego perenne que anida en el corazón de los artistas. Como en todos los roles que desempeñó a lo largo de su fructífera vida, puso pasión, dedicación y un inconmensurable sentido de responsabilidad y respeto, por su tarea y por los otros. Ella hacía que las cosas pasen”, aseguró con emoción.