A poco de terminar la edición 2019 del programa de verano de la Cooperativa, charlamos con los padres que nos contaron cómo están pasando sus hijos las vacaciones.
El verano en la Cooperativa tiene una impronta propia. Más de 10 años mejorando la propuesta y adaptándola a una infancia que cada vez trae más desafíos al momento de entretener. “Apuntamos a que los chicos se diviertan, a la vez que de a poco se van exponiendo a la práctica deportiva y la natación. De ese modo, conocen los diferentes deportes y para muchos es el puntapié inicial para iniciar un entrenamiento durante el año”, sostiene Jorge Bellendier, coordinador del Polideportivo.
Con más de 100 chicos este año, la propuesta mantiene su encanto para los más chicos, que piden volver. Tiara Flors tiene 9 años y elige como pasar sus vacaciones. “La colonia la eligió Tiara. Tenía otras opciones pero como hace gimnasia todo el año en el Poli, le divertía ir a la colonia con sus amiguitas”, afirma Marcos Flors, su papá, que recuerda cuando la anotó por primera vez, a los tres años. “Tiara viene a la colonia desde que usaba pañales. Valoro mucho que te escuchen, que no seas un número, que a los chicos los conozcan con el nombre y apellido”, asegura Marcos.
Los socios de la Cooperativa cuentan con beneficios para acceder a la Colonia, entre ellos, descuento en el arancel. Celeste Kina es socia y tiene a dos hijos allí, Milo, de 4 años y Sofía, de 10. “Considero que están bien organizados, que el armado de grupos por edades para las actividades y que para la pileta los dividan según cómo se desempeñan en el agua son criterios acertados”, asegura. Celeste destaca que durante los días de lluvia tengan actividades bajo techo y que los profesores se mantengan a través de los años, “porque eso les da confianza porque son caras conocidas”.
Capítulo aparte merecen los campamentos. “Mi hija el año pasado se quedó por primera vez y vino encantada. En las vacaciones armó sin ayuda la carpa familiar. Este año tuvimos que plantearle que como la situación económica es cada vez más delicada, probablemente no pudiéramos afrontar los costos que implicaban mandarla jornada completa. Entonces me respondió ‘Yo quiero ir, pongo todos mi ahorros pero no me quiero perder el campamento’, eso para mí fue muy fuerte”, asegura Celeste.
Otro de los puntos fuertes que destacan los papás tiene que ver con la enseñanza de natación. Celeste destaca que su hija mayor aprendió a nadar en la colonia. “Me da la tranquilidad de que si va a un lugar con pileta, no se va a ahogar” afirma. También destaca que le parece importante que los chicos pasen tiempo al aire libre y no tanto frente a la tele o conectados a la compu.
Verónica Maldonado es de Tortuguitas y por la cercanía, la opción de ir al Polideportivo era la más sencilla. “La colonia nos parece un lindo lugar donde los chicos pasan el día haciendo actividades. En la pileta se enseñan conocimientos básicos de natación y los días que no se puede entrar a la pileta, pintan, juegan, bailan. Ya en diciembre empiezan a preguntar cuando empieza la colonia, ese es el dato más importante para medir el entusiasmo”, afirma.
“Para dejar a mi hija, yo confío en la Cooperativa, ese es uno de los puntos más importantes. Todos mis hijos siempre tuvieron la libertad de decidir, y si se aburrieran o la pasaran mal, dejarían de ir”, resume Marcos Flors. “Mi nene de 4 años va media jornada por la mañana, pero elige quedarse todo el día cuando hay actividades especiales por la tarde. Pensé que no iba a aguantar tantas horas, que iba a extrañar, pero para mi sorpresa fue todo lo contrario. Se queda feliz de la vida”, asegura Por último, destaca que hacen amigos fuera del colegio, “chicos del barrio. Eso es bárbaro”.